Con una rica historia que inicia a fines del siglo XIX, el bolero se ha solidificado como un sinónimo de música latina, pues nació en Cuba, pero cada país a lo largo del continente le ha dado personalidad a este estilo que le canta a las penas, amores y alegrías del cotidiano.

“Mientras el bolero se cante, mientras se pueda bailar abrazados, será el himno que el corazón quiera para irse a la cama”, expresó en una entrevista Armando Manzanero, compositor mítico de México, sobre esta vida eterna de este ritmo que hace mimos al alma.

Aquí en Chile no nos quedamos atrás, con Lucho Gatica, “El rey del bolero”, Antonio Prieto, Palmenia Pizarro… Pero no solamente de próceres y recuerdos se vive, pues ahora mismo un conjunto está popularizándolo, contra todo pronóstico: Catalina y Las Bordonas de Oro.

Conjunto con 3 años de trayectoria, compuesto por Catalina Plaza (voz principal), Martín Silva (requinto, guitarra), Adrián Muñoz (guitarra), Pablo Castro (percusiones) y Esteban Pérez (contrabajo), quienes se conocieron en encuentros folclóricos.

“En Punta Arenas canté harto folclore, también chamamé, que es la música que se escucha harto allá. Por mis abuelos también, que escuchaban harto bolero, y claro, cuando conocí a los chiquillos estuve como en un conocimiento mucho más grande del lenguaje de esta música y me enamoré por completo, como del estudio también de ella. Empecé a estudiar por países, por compositores, por intérpretes, y después empezamos a componer. Así que esto ha sido como mi paso completo por el arte”, detalló Catalina Plaza a nuestro medio sobre parte de la génesis del grupo, el cual no meramente toca, sino que estudia y da una nueva mirada al rico cancionero de esta parte del mundo.

Primero llamados Noche de Boleros, y con sus primeros actos en el Bar Volantín, en la comuna de Ñuñoa, fue el boca a boca —a la vieja usanza— el que se encargó de hacer lo suyo. Hoy rozan los 100 mil oyentes y fueron nominados a los Premios Pulsar 2024 en la categoría Mejor Álbum Balada y Música Romántica por su disco Presagio, compitiendo con Cortesse, Luis Jara, Myriam Hernández y Natalino.

“Una categoría que representa bastante el tipo de música que hacemos, pero también están los exponentes más grandes de la balada y de la música romántica. Lo encuentro como hasta gracioso ver al grupo al lado de puros tremendos, pero ha estado genial, lo hemos pasado muy bien”, agregó esta magallánica que llegó a la capital para estudiar en la Projazz.

-Cómo es el trabajo de la banda...

-Hay letras que son mías, música que es de Martín Silva, que es el guitarrista, hay letras que son de Pablo, el percusionista. Todos hemos también ayudado cuando uno está en algún proceso como de bloqueo en alguna canción. Está la libertad de que todos entren a participar, y eso hace que todos tengan voz, de solucionar y de resolver la música. Y eso está bonito. A lo menos en el disco Presagio, que es el que lanzamos hace poquito, se nota.

-¿Cómo nació esto del nombre Catalina y Las Bordonas de Oro?

-Nos llamaron para un festival y no teníamos nombre. Los chiquillos empezaron a tirar ideas y salió este nombre, que al final nunca cambiamos. Pensábamos cambiarlo, pero quedó para siempre. Las bordonas, en la jerga folclórica, son las cuerdas graves de la guitarra, las primeras tres. Contamos con guitarristas muy buenos y le pusimos así. Es un nombre un poco complejo, nos ha costado que la gente se lo aprenda, pero igual está bueno porque tiene un bonito significado, suena interesante.

-Cuando los escucho siento algo fuera de tiempo, hacen un género que antiguamente era muy popular, mainstream. ¿Cómo es hacer este tipo de música en 2025?

-Años atrás, claro, era como el reggaetón de la época anterior. Y para nosotros ha sido entre difícil y muy genial a la vez, porque es un género que tiene mucha historia. Nosotros, siempre en esta Noche de Boleros, intentamos también hablar de la historia de este género. Por ejemplo, hay mucha gente que piensa que “Sabor a mí” es de Luis Miguel. Y ha sido complejo porque siento que los medios y la población completa no entienden muy bien de qué trata el proyecto. Del por qué están volviendo los boleros de esta forma, con esta fuerza. Somos gente joven haciendo música de antaño, pero tampoco podemos evitar que somos gente joven, por lo tanto, la propuesta que nosotros entregamos es moderna y la música que estamos creando también es actual.

“Tenemos gente en el público de 18 años y al lado alguien de 90 años, un público muy transgeneracional, muy interesante, que al final toda esa gente va a escuchar boleros y a escuchar la belleza de lo lindo que es esta música en vivo. También tiene una magia súper especial. Con el tiempo hemos ido encontrando esa fórmula de poder llevar esta música a las nuevas generaciones. Bueno, movemos harto las redes sociales también”.

-A nivel general, también en el mismo urbano, varios artistas han vuelto a las raíces: C. Tangana, Bad Bunny, Rauw Alejandro, Rosalía…

-Todo el rato, siempre lo ha habido. Creo que los latinos después se dan cuenta muy tarde de la música de raíz que tienen tan cerca. Y ahí empiezan a valorar de nuevo lo suyo. Eso pasó con Bad Bunny, fue un cachetazo todo lo que hizo. Muy tarde se dio cuenta de la riqueza de su propio país, porque primero piensan muy en grande, siento. Hay un hambre en los artistas de irse para fuera, de hacerlo mainstream y que pegue, y se saltan lo más bonito, que es lo que al final te cría, con lo que naciste. Está muy bueno que artistas grandes, súper reconocidos en la música, estén trayendo estos géneros porque obviamente le dan opciones a los géneros más nuevos, a atreverse. Pasa también con los corridos tumbados.

-Y ustedes también lo hacen…

-Estamos trayendo esto de una forma un poco más tradicional. No queremos perder eso porque queremos insistir en que todavía no queremos “manchar” —y lo digo entre comillas porque no tengo la palabra que quiero usar— el bolero con tanto pop. Aunque sí lo hacemos temáticas actuales, porque somos gente joven viviendo la vida de ahora, entonces no podemos hablar del amor tóxico de antes o del machismo.

-Por último, cuéntame cómo va ese nuevo disco...

-Estamos haciendo un disco de boleros que queremos lanzar el otro año, que ojalá tenga más de 10 canciones, con hartas colaboraciones. Comienza con este single junto a Gepe, “Mirada mía”. Esperamos que este nuevo disco le dé una vuelta a lo que hicimos antes. Creemos que marcará un antes y un después en la banda y en el bolero nacional.

“Y el EP de folclore (que saldrá en septiembre próximo) es para que sepan que no solo hacemos boleros. Es un regalito para la gente, con unas colaboraciones que para nosotros son importantes y que necesitamos que estén en nuestro disco por algo súper personal y necesario para la cultura. Siento que hay gente de la música que está un poquito en el olvido y que fue muy importante en la escena, como María Esther Zamora, Valentín Trujillo, Lucy Briceño”.

Catalina y Las Bordonas de Oro se encuentra en una gira nacional por diferentes ciudades de nuestro país, con fechas agotadas. Ya pasaron por Valdivia, Puerto Montt, Temuco, Concepción y Chillán. La última fecha será en Valparaíso este jueves 26 de junio, en la Universidad Federico Santa María, evento que es gratuito.